Cuando dio vuelta a la esquina y se topo con el puesto de libros supo que ese era el libro para ella. En el hotel, escribió una dedicatoria y la guardó en la valija ya repleta. Lo que no sabía era que ella iba a leer sus letras cada noche antes de dormirse.
El día en que la niebla ocultó a la ciudad, él cortó una florcita blanca y se la regaló. Ella se recostó sobre su espalda y ocultó bajo la densa bruma cuánto necesitaba un abrazo suyo. Él respondió quieto y en silencio.
Una vez que la pequeña flor estuvo seca, decidió guardarla dentro del libro junto a la dedicatoria junto a la cabecera de su cama. Sabía que ellos dos no sabían que atravezaban sus días cada día.
El día en que la niebla ocultó a la ciudad, él cortó una florcita blanca y se la regaló. Ella se recostó sobre su espalda y ocultó bajo la densa bruma cuánto necesitaba un abrazo suyo. Él respondió quieto y en silencio.
Una vez que la pequeña flor estuvo seca, decidió guardarla dentro del libro junto a la dedicatoria junto a la cabecera de su cama. Sabía que ellos dos no sabían que atravezaban sus días cada día.
~
Antonela acercó el banquito a la cómoda y abrió el primer cajón. Seguramente mamá guardaba los lápices de labios en el cajón al cual ella no llegaba. Lo primero que tomó fue un libro de hojas amarillentas. Del libro cayó una flor seca.
Foto+texto: CeLeS!
En el espejo: Luii, Anto, Oso
Foto+texto: CeLeS!
En el espejo: Luii, Anto, Oso
7 comentarios:
uuuuuuuffffffffffffffffffffffffffff
si si
asi es la cosa
firma celes
justo para leer un viernes a la mañana
gracias
lindo relato celes.
besos,
Conmovedor y ...removedor también!!!
Besossssssssmilesssssssssssss.
aguante los memories y tus fotos.
love you.
el círculo debe cerrarse...
besos*
Muy linda entrada.♥
un besito gordi.:)
Preciosa manera de saltar de un tiempo a otro para constatar que todo sucede en un instante.
Paseando paseando me he encontrado aquí,ahora,sin saber cómo.
Un saludo.
Publicar un comentario